Echinacea purpurea

Echinacea purpurea
Nombre vulgar: Echinacea/ Equinacea
Características: Herbácea perenne de crecimiento mediano (0,50 a 1 m) de la familia de las Compuestas. Requiere pleno sol y un suelo fértil, bien drenado. Comienza a florecer en diciembre. Sus flores, semejantes a margaritas, se destacan por los tonos, blancos, rosados y púrpuras.

Propiedades curativas
Tienen amplias propiedades curativas. Las culturas aborígenes de México, Norteamérica y Canadá (de donde es nativa) las usaban como base de la medicina donde curaban desde enfermedades graves hasta mordeduras de serpientes. En la actualidad la usamos contra las dolencias propias de la civilización actual que, en la mayoría de los casos, se deben a un deficiente sistema inmunológico.
Uno de los componentes principales de la echinacea son los equinocósidos, junto con el ácido clorogénico. Éstos tienen una función antivirídica y son eficaces contra las bacterias, cura las heridas, estimula los vasos linfáticos y fortalece el sistema inmunológico. Los ácidos grasos que contiene baja las inflamaciones.
Existen distintas formas de utilizar esta planta con fines medicinales. Puede tomarse en infusiones, por ejemplo, o puede ingerirse como tintura madre (preparado hidroalcoholico de la planta que se puede conseguir en herboristerías y farmacias homeopáticas). Esta última se usa especialmente en tratamientos prolongados y enfermedades crónicas, como paliativo, en casos de asma, cáncer y HIV .

Alergias:
En caso de alérgicos para descubrir si se tolera la tintura hay que aplicar una gota de extracto en el pliegue del codo, después de ducharse, y se deja actuar durante 24 horas. Si aparece algún tipo de irritación de color rojo o pústulas, debe consultarse con un homeópata.
Precauciones: No se deben tomar plantas medicinales en estado de embarazo salvo indicaciones y bajo supervisión médica.

Aplicaciones médicas de la echinacea:
síntomas de envejecimiento, angina, asma, quemaduras, bronquitis, inflamaciones, resfriados, fiebre, astenia primaveral, enfermedades que afectan las articulaciones, los tendones o los músculos, infección gripal, herpes zoster, dolores de garganta, manos agrietadas, infecciones de las vías urinarias, infecciones por líquenes, ronquera, herpes, rinitis alérgica, tos, infecciones por vacunación, ciática y lumbago, laringitis, várices, labios agrietados, paperas, inflamaciones de los senos paranasales, neuritis, infecciones por hongos, psoriasis, candidiasis, varicela, heridas, inflamaciones de las encías o gingivitis, entre otras.